En anteriores posts explicamos las diferencias entre la gestión activa y la gestión pasiva. Finanbest combina estas dos filosofías de inversión en busca de conseguir la mejor relación rentabilidad/riesgo para sus clientes.
En esta entrada, vamos a centrarnos en una de las modalidades de cada una de estas corrientes: los fondos indexados en la gestión pasiva y el value investing en la gestión activa.
Fondos value investing y gestión activa
Haciendo memoria, recordaremos que la gestión activa se basa en que los mercados financieros -en el corto plazo- presentan ciertas imperfecciones (asimetrías de información efecto rebaño, etcétera) que les hace infravalorar o sobrevalorar el precio de ciertos activos financieros. De esta forma, si un gestor hace una vigilancia exhaustiva del mercado será capaz de “separar el grano de la paja” y establecer una cartera de inversión que aproveche mejor las oportunidades de inversión que nos ofrece el mercado que el mero hecho de imitar su comportamiento.
Obviamente, para que esto sea así, no vale con que ese gestor acierte de chiripa alguna de esas oportunidades, si no que debe tener un mecanismo que le permita de forma sistemática encontrar esas oportunidades y aprovecharlas si de verdad pretende batir sistemáticamente al mercado (algo que no se ha encontrado hasta el momento).
Dentro de la gestión activa, el value investing (y los fondos value investing) consideran que el mecanismo más adecuado para poder conseguir los objetivos que se pretende desde la gestión activa son:
- Invertir en empresas cuyos negocios comprendamos o los comprenda el gestor del fondo en el que vayamos a invertir.
- Que al negocio de esa empresa se le prevea una tendencia positiva a largo plazo y que esté gestionada por dirigentes competentes y de confianza.
- Que el precio de las acciones de esa empresa o del activo financiero en cuestión se encuentre por debajo de su precio justo o del valor que esa empresa “merece” tener en el mercado en base a sus fundamentales.
El value investing tiene cierta fama gracias a la figura de Warren Buffet. Este famoso inversor ha alcanzado su renombre gracias a su éxito en los mercados financieros durante décadas invirtiendo siguiendo estas premisas. Sin embargo, el “Oráculo de Omaha” (como también se le conoce a Warren Buffet) es la excepción a la regla. Aunque es cierto que Buffet durante un periodo relativamente largo de tiempo de varias décadas lleva superando en rentabilidad obtenida al mercado, la mayoría de gestores de value investing persiguen al mercado sin llegar a sobrepasarlo y en muchos casos a lo sumo empatar con este, cuando no a obtener menos rentabilidad que los índices bursátiles.
Fondos indexados y gestión pasiva
La gestión pasiva, a diferencia de la activa, considera que son tantos los imponderables que afectan en la formación de los precios que pretender poder detectar sistemáticamente esas supuestas oportunidades de inversión y batir al mercado en el largo plazo, es quimérico. Además, hoy en día, con todos los avances tecnológicos y debido a la democratización de la información que fluye de manera instantánea en todo el mundo, es casi imposible tener un “edge”, es decir, saber o ver algo antes que los demás y, por tanto, la información disponible ya no es tan exclusiva como para hacer algo que genere más ganancias respecto de otros. Por tanto, no hay que perder tiempo ni esfuerzo en tratar de superar al mercado si no que, con solo imitar su comportamiento, ya estaremos sacando el mayor provecho que nos pueden aportar los mercados financieros a nuestro dinero.
En este aspecto, los fondos indexados son una herramienta muy utilizada por la gestión pasiva pues un fondo indexado se puede considerar una recreación en miniatura –en cuanto al capital invertido por el fondo- de un índice bursátil pues en su constitución intentan emular la composición de ese selectivo (Ibex 35, S&P 500, Euro Stoxx 50, Nasdaq 100…), es decir, invierten su capital en las mismas compañías que forman parte de dicho índice y cada empresa tiene una ponderación sobre el capital total de esa cartera igual a la del índice. De esta forma, al imitar fielmente el comportamiento del mercado este fondo nos aportará las rentabilidades que el mercado ofrece.
Cuando te hablábamos de value investing unos párrafos más arriba, te contábamos que Warren Buffet puede considerarse como el gurú de esta forma de inversión. Pues bien: resulta curioso que uno de los defensores del value investing aconsejara a su mujer que cuando él muriera invirtiera en un fondo de gestión pasiva. Además, el mismo Warren apostó que un sencillo fondo indexado al índice S&P 500 daría mayor rentabilidad que un grupo de fondos de gestión alternativa en los siguientes 10 años.
Fondos indexados y value investing
Como comentamos con anterioridad, salvo algunas excepciones, existe una evidencia empírica (datos históricos) de que, a medio y a largo plazo, los fondos indexados tienden a batir a los fondos de gestión activa (también a los fondos de value investing) en los grandes mercados de acciones y bonos, ya que no está inventada la cartera de inversión que sistemáticamente supere al mercado. Si a eso añadimos que la gestión pasiva resulta más barata que la gestión activa en cuanto a cobro de comisiones para los clientes, no es de extrañar que en Finanbest tengamos una decidida apuesta por fondos indexados y ETFs. Pero eso no quiere decir que nos cerremos completamente a la gestión activa. Por ejemplo, en Renta Fija High Yield Global y Renta Fija Países Emergentes preferimos fondos de gestión activa, si esta gestión está pegada a un benchmark (índice de referencia), tiene una estrategia de inversión transparente, y costes de gestión bajos.
El motivo es que somos un roboadvisor absolutamente independiente y a la hora de confeccionar nuestra cartera de inversión nos guiamos por el objetivo de conseguir a nuestros clientes la mejor relación rentabilidad/riesgo. Por eso, no tenemos ningún conflicto de interés ni ningún prejuicio sobre qué filosofía de inversión seguir. Nuestro roboadvisor, unido al equipo humano de profesionales altamente cualificados, analizan enormes volúmenes de información en un tiempo record y -en base a eso- seleccionamos los fondos que consideramos más adecuados para cada una de nuestras carteras.