En el sector financiero es muy habitual encontrar entidades que ofrecen a sus clientes productos de inversión con muchos conflictos de intereses. En consecuencia, esos productos que ofrecen no son, ni de lejos, los productos que más les conviene contratar a cada cliente, sino los que más les interesa vender a la entidad financiera.
Un comportamiento así es gravísimo, ya que se disfrazan las funciones de asesoramiento (y en realidad solo son funciones de comercialización). El cliente llega a pensar que está depositando su dinero en un vehículo de inversión que se adapta a su perfil de riesgo y a sus objetivos financieros cuando en realidad solo está adquiriendo el producto financiero que el banco le quiere colocar en ese momento.
Por qué los bancos tienen conflictos de interés
La mayoría de los bancos ofrecen fondos de inversión con conflictos de interés. Ocurre, por ejemplo, cuando una entidad financiera solo ofrece a sus clientes fondos de inversión de su propia gestora y no fondos de gestoras ajenas a la entidad.
La razón por la que el banco hace esto es por su necesidad de incrementar los ingresos por comisiones: las comisiones de los fondos propios se quedan íntegras en el banco, mientras que las de los fondos de terceros se comparten y terminan suponiendo un ingreso menor.
Retrocesiones
Hay ocasiones en las que los bancos sí ofrecen fondos de gestoras externas, pero sólo de aquellos fondos que les retroceden parte de la comisión que cobran al cliente. En estos casos las entidades actúan como redes de distribución que comercializan los productos que les proporcionan mayores comisiones.
Aunque en la práctica es la gestora quién cobra la comisión, después le devuelve una parte de la misma al banco por su trabajo de distribución. El problema de estas retrocesiones es que se crea un sistema de incentivos perversos en el que el cliente sale claramente perjudicado.
Los conflictos de intereses también se originan como resultado de grandes acuerdos extraoficiales entre empresas cotizadas que buscan financiación y entidades financieras que desean captarlas como clientes.
Por ejemplo, si una empresa A que cotiza en bolsa va a un banco B a pedir un préstamo de varios miles de millones, con el objetivo de llevarse la operación, el banco puede sugerirle a la empresa que la gestora del banco comprará más acciones de esta si contrata el préstamo con ellos.
Si la operación finalmente se cierra, ¿qué acciones crees que el banco tenderá a sobreponderar en sus carteras de fondos de gestión activa?
En definitiva, los conflictos de interés en el sector financiero suponen un grave problema para los ahorradores, ya que terminan invirtiendo en opciones que no son óptimas para su dinero. En consecuencia, soportan unos costes mayores que los de la inversión independiente y obtienen una rentabilidad mucho menor.
Los conflictos de interés también están presentes en el sector de los Robo Advisors
Lamentablemente, el nivel de bancarización de la gestión de fondos en España es enorme. Tanto es así que incluso ha llegado al sector de los Robo Advisors. Por eso, en los últimos años hemos visto aparecer en nuestro país a nuevos gestores automatizados de inversiones que proceden de grandes bancos.
A pesar del aparente servicio de asesoramiento financiero que estos Robo Advisors ofrecen, en realidad cargan a sus espaldas con importantes conflictos de intereses, ya que muchos de los fondos de inversión que forman sus carteras son aquellos en los que su banco origen tiene objetivos particulares.
En Finanbest somos 100% independientes
En Finanbest, sin embargo, presumimos de ser un gestor cien por cien independiente. En una industria tan turbia como la financiera, nos enorgullece afirmar que no tenemos conflictos de interés y que no cobramos nada, si un solo céntimo, de las gestoras de los fondos que elegimos.
Esto nos permite seleccionar con total objetividad los fondos que forman nuestras carteras, y por eso solo elegimos los fondos indexados y fondos de gestión activa que consideramos mejores para nuestros clientes.
En consecuencia, nuestras comisiones son mínimas (hasta un 80% menores que las de la banca) y conseguimos mayores rentabilidades (fuimos el gestor automatizado líder en rentabilidad en 2019).