Te hablábamos en nuestro anterior post sobre la evolución del ahorro de las familias españolas. Nos ha llamado la atención el elevado déficit de educación financiera que, a pesar de la crisis y de los graves escándalos financieros, sigue habiendo en la sociedad española. De hecho, la educación financiera sigue prácticamente igual que hace una década.
Todos tenemos en mente casos de entidades que salieron a bolsa en los que quedaron atrapados -o engañados- miles de accionistas, o sociedades de inversión en bienes tangibles como sellos que, de la noche a la mañana, resultaban tener un valor muy inferior al que se le suponía. Sin perder de vista el hecho de que haya personas procesadas por maquillar la realidad -en la más benévola de las interpretaciones-, seguro que más de uno que está leyendo estas líneas pensó en su día: ¿pero cómo puede haber gente que invierta en esto?
La educación financiera, una asignatura pendiente
El informe Finanbest revela datos preocupantes como que sólo 1 de cada 10 responde correctamente a preguntas sobre cuestiones financieras y menos del 20% de los españoles conoce los conceptos de diversificación, riesgo y rentabilidad.
La Directiva Europea MiFID II aparece para exigir mayores dosis de transparencia, profesionalidad y eliminación de conflictos de intereses. Con la entrada en vigor de esta nueva legislación, las empresas de inversión deberán respetar normas más estrictas a fin de que los inversores puedan estar seguros de que los productos en los que invierten están adaptados a su perfil y que sus activos están bien protegidos.
Pero más allá de que el marco legislativo ofrezca una necesaria mayor protección, de forma paralela convendría trabajar en que se comprenda de forma generalizada, por ejemplo, conceptos básicos como el binomio rentabilidad-riesgo.
La falta de educación financiera provoca que, ante la escasa rentabilidad de los productos de inversión conservadores, cambiamos de inversión sin seguir los pasos recomendados en asunción de riesgos. Es decir, nos volvemos locos demandando productos con mayor rentabilidad sin entender los riesgos que estos conllevan. Y esto no acaba ahí: Cuando finalmente se tiene percepción del riesgo y éste se materializa, el comportamiento general es la huida. Consecuencia: el ahorrador español suele invertir cuando el mercado ya ha subido y desinvierte cuando el mercado ha bajado, destruyendo su patrimonio.
Finanbest y el primer paso a unas finanzas inteligentes
La falta de un asesoramiento adecuado conduce a invertir de manera incorrecta tanto en la tipología de productos como en el momento de hacerlo, aumentando de la desconfianza. Cuanto mayor sea la formación financiera, mayor será el reconocimiento del interés por ahorrar y la percepción correcta del riesgo y rentabilidad de ciertas alternativas de inversión, como es el caso de los fondos, en los que se percibe un nivel de riesgo superior al que realmente tienen.
En Finanbest, antes de invertir, realizamos un test de idoneidad para conocer tus aspectos y circunstancias personales y de este modo poder recomendarte una inversión a medida. Se trata de una triple evaluación individualizada (tus conocimientos y experiencia, tus objetivos y tu situación financiera) que nos ayuda a obtener tu perfil de inversor. Fuera del mundo de los grandes patrimonios, raramente encontrarás a una entidad financiera que realice un análisis exhaustivo de tus circunstancias personales y seguimiento de tus objetivos, algo que desde Finanbest consideramos absolutamente indispensable para invertir tu dinero de forma óptima de acuerdo a tus necesidades. Porque no todos tenemos la misma capacidad y tolerancia al riesgo, por lo que no todos debemos invertir en los mismos productos financieros.
Un resumen, con mayor educación financiera y más entidades funcionando con modelos responsables y sin conflictos de intereses, mucha más gente sabrá cómo ahorrar y, de este modo, podrá disponer de una cantidad de ahorro suficiente para sufragar los gastos corrientes cuando lleguen a la jubilación.